Una síntesis de lo que deparará el ciclo 2018/19 va de la mano de buenos rindes en la mayor parte de las zonas agrícolas, en contraposición con el ciclo previo que registró fuertes recortes por una sequía generalizada.
Por el mayor volumen y también por inventarios holgados en los mercados internacionales, los precios estarán varios escalones por debajo de los registrados el año pasado.
El aumento de la presión tributaria, de la mano de malos impuestos (léase derechos de exportación) es un factor adicional de recorte al precio de los granos.
Así las cosas, el agro podrá ir acomodando una situación financiera de arrastre muy complicada, a partir de la mayor producción.
A diferencia de lo ocurrido en otras épocas, la tasa de 4 $/dólar para productos primarios y de 3 $/dólar para productos manufacturados, comprende no solo al agro sino también a la industria y a los servicios, de modo que las voces que reclaman por la pronta eliminación de los malos impuestos resuenan en estereofonía.
La competitividad de un tipo de cambio, que en su momento fue alto, se va erosionando día a día, de la mano de aumentos en los costos internos.
Para el agro en particular, lo que cuenta es cómo evolucionan los costos en quintales. En una sola cifra puede visualizarse qué es lo que ocurre con los costos y con los precios.
La baja en las cotizaciones (de los granos) lleva a que los costos en quintales tiendan a aumentar.
El cuadro a continuación (disponible para suscriptores de Márgenes Agro Online) muestra la proyección de resultados para la zona SUR DE CÓRDOBA sobre la base de los precios estimados a cosecha 2019 para trigo y granos gruesos. Se presentan las cifras para los cultivos realizados por administración en campo propio y bajo la forma de arrendamiento en campos de terceros.
Para siembras por administración en campo propio, los rindes de indiferencia necesarios para cubrir los costos totales aumentaron a 30 qq/ha en trigo, en tanto se mantuvieron en 16 qq/ha para la soja de 2ª. Para el maíz los rindes de indiferencia son del orden de 60 qq/ha, en tanto que para girasol el costo total equivale a 16 qq/ha. Para soja de 1ª el rinde a superar es de 23 qq/ha para cubrir los costos totales.
Para siembras en campo arrendado, con un valor de arriendo estimado en 9 qq/ha de soja, los rindes de indiferencia se proyectan en 37 qq/ha para trigo y 21 qq/ha en soja de segunda. En maíz se necesitan 77 qq/ha de rinde, para girasol se necesitan 23 qq/ha. En soja de primera el rinde a superar es de 31 qq/ha.
Es muy posible que, en función de la buena evolución de los cultivos, los rindes que finalmente se logren estén varios escalones por encima de los rindes de indiferencia.
Las proyecciones muestran que, a partir de los buenos rindes del trigo y los que se esperan para los granos gruesos, que el doble cultivo trigo/soja y el maíz se sitúan al tope del ranking de resultados. Un escalón más abajo se sitúa la soja de primera y el girasol.
En campos arrendados la situación es algo más ajustada. La baja del precio de la soja disminuye el costo de arriendo de trigo, maíz y girasol, pero aún así, se requerirán muy buenos rindes para lograr resultados razonables.