La Roya asiática de la soja, es causada por un hongo fitopatógeno, Phakopsora pachyrhizi que tiene un amplio rango de hospedantes como también lo es la soja, Glycine max.
Esta enfermedad originaria de Asia, puede manifestarse a lo largo del ciclo del cultivo, siempre y cuando exista un genotipo susceptible, nivel de inóculo suficiente y un ambiente favorable. Este hongo es de fácil dispersión, rápido progreso y alto poder destructivo.
El hongo de dicha enfermedad tiene una nutrición biotrófica, por lo tanto requiere de un hospedante vivo. Una vez inmerso en el organismo, la enfermedad toma un carácter policíclico, infecta más de una vez durante el ciclo del cultivo, teniendo la capacidad de reinfectar.
El mecanismo de ingreso es directo, penetra a través de la cutícula y la epidermis de la hoja. Luego forma haustorios dentro de las células del hospedante y un micelio tabicado. Alli comienza la producción de urediniosporas que se liberan a partir de pústulas de color amarronado que rompen la epidermis.
Los cambios metabólicos generados por la enfermedad resultará en la aparición de síntomas y signos.
Los síntomas para detectar dicha enfermedad son las típicas manchas cloróticas puntiformes en el haz, restringidas por las nervaduras, lesiones necróticas, clorosis en la base del canopeo y una defoliación intensa. El signo del agente son las pústulas de color amarronado que rompen la epidermis.
Dentro de los componentes del rendimiento afectados se encuentra la defoliación prematura y la disminución del Índice de Área Foliar (IAF) que se traduce en la disminución del número de vainas, tamaño y peso de los granos, rendimiento, contenido de aceite de los granos y aptitud para la industria aceitera.
Phakopsora pachyrhizi no persiste en el rastrojo. Su estrategia de supervivencia es infectar hospedantes alternativos. Por tal motivo, las recomendaciones para tal enfermedad son las siguientes:
- Comenzar monitoreo antes o al inicio de floración, se sugiere estadio V6.
- Recorridas periódicas: cada 15 días durante estados vegetativos, y cada 7 días en estados reproductivos o en presencia de síntomas.
- Inspeccionar el follaje buscando síntomas sospechosos y tomar muestras de los estratos medio e inferior del cultivo.
- Remitir muestras: preferentemente en cámaras húmedas y dentro de las 48 horas de colectadas.
- Finalizar el monitoreo en R6, con componentes del rendimiento ya definidos.
El manejo integrado de la enfermedad requiere de un monitoreo continuo para la detección temprana y la cuantificación de la enfermedad, evaluar la necesidad de prácticas culturales preventivas como la eliminación de malezas, realizar una correcta elección de la fecha de siembra y de los grupos de madurez, eliminar hospedante alternativos, controlar las malezas para reducir los niveles de inóculos, usar cultivares resistentes, evaluar la necesidad y técnica de aplicación de productos fitosanitarios para la prevención de la enfermedad como fungicidas foliares con el fin de disminuir la tasa epidemiológica e inóculo remanente.