Si bien a principios de la primavera se proyectaba una campaña de buenos rindes, la situación climática presiona las estimaciones y comienzan a registrarse daños irreparables.
En los últimos meses, la presión climática sumada al evento “La Niña” profundizaron las irregularidades en el cultivo severamente, con precipitaciones irrelevantes o nulas y temperaturas extremas que conllevan a déficit hídricos.
En la última semana, según las imágenes de la Oficina de Riesgo Agropecuario, las reservas hídricas en suelo para maíz temprano se ven disminuidas notablemente, presentando áreas críticas para el cultivo que se encuentra atravesando su período crítico y la definición del rendimiento.
Frente a la semana anterior, la región norte de La Pampa que hasta ese entonces registraba reservas adecuadas, perdieron esa condición y actualmente el estado cambió a regulares. En el total de las provincias citadas en el mapa se observa como el avance de la condición hídrica en suelo “sequía” abarca la mayor superficie, y en comparación a la semana pasada, dichas condiciones se agravan mostrando casi una condición general de secamiento del perfil de suelo. En aquellas que se encontraban con reservas en sequía continúan en esta categoría producto de la ausencia de lluvias, como se observa en gran parte de Córdoba y Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe.
A principio de la primavera, los cultivos crecían a tasas muy buenas, transitando sus fases vegetativas con normalidad, lo que permitió una buena proyección del rendimiento, pero en las últimas semanas las buenas condiciones ambientales dejaron de prevalecer y el cultivo que había logrado gran porte, comenzó a estar sujeto a la condición hídrica en el perfil de suelo.
Sumado a la ausencia de precipitaciones, en las últimas semanas las temperaturas resultan fuera de lo normal para la época, con registros superiores a los 35ºC y anomalías en todo el país, registrándose picos de hasta 43ºC. Dichas situaciones facilitan la salida de agua del perfil de suelo y del cultivo mediante evapotranspiración afectando negativamente al ciclo del maíz.
En los últimos días se registran daños productivos irreparables principalmente en el cultivo de ciclo temprano con pérdidas confirmadas que disminuyen el rinde en un 30%. En tanto al cultivo sembrado tardíamente, las labores iniciales se encuentran desaceleradas quedando a la espera de lluvias que permitan incrementar la humedad en la cama de siembra.
Por último, según la Bolsa de Cereales, frente a la semana precedente la condición del cultivo de maíz cambió hacia una situación no deseada, en donde se revelan signos de estrés hídrico, como acartuchamiento y amarillentamiento de las hojas y se profundiza la condición normal y regular/mala.