La bajante lleva 291 días con niveles inferiores al límite de aguas bajas y en los últimos días se registraron valores por debajo de cero. Al momento persiste la tendencia a la bajante.
El día 5 de enero desde el Instituto Nacional del Agua (INA) informaron bajantes históricas para el curso de agua del Río Paraná, en donde valores de las estaciones localizadas en Paraná, Santa Fe, y Rosario tuvieron registros por debajo de cero.
El valor de -0.19 para Rosario se ubica 3,24 m por debajo del promedio de enero desde el año 1997, situación que repercute severamente sobre el sector agroindustrial-exportador. Al momento se mantiene la alerta vigente por la bajante que en principio continuará con la misma tendencia hasta finales del verano y tal vez se extienda en el otoño.
Los pronósticos a largo plazo no indican un cambio en el régimen de precipitaciones, lo que condiciona severamente al caudal, predominando el déficit.
Desde INA advierten que es probable que la bajante extrema se asemeje a la sequía del año 1944.
El impacto de la bajante sobre el Gran Rosario alienta a otros puertos, como el de Quequén, que logra los mejores embarques de la década y a mitad de año del 2021 tuvo el mejor registro de su historia.
Quequén funciona de aliado para completar la cargas de buques que no logran salir con su embarque máximo desde el puerto de Rosario, producto de la escasa profundidad. La situación de caudal mínimo para el río genera problemas en la navegación afectando la comercialización de granos y la posibilidad de cargar tonelajes máximos. En base a esto aparece la necesidad de relocalizar las cargas.
Por último, la posibilidad de que la situación de la bajante complique a los cultivos de gruesa, en plena campaña, no queda descartada.