Debido a las condiciones climáticas, la implantación de soja se redujo hasta las 16.400.000 hectáreas. Al momento se sembró el 92,5% de la superficie que corresponde a 15.177.725 hectáreas.
Enero comenzó con altas temperaturas y bajas precipitaciones, agravando la condición en suelo que ya requería atención en el mes anterior. La ausencia de precipitaciones y el cierre de la ventana de siembra impidieron llevar a cabo la implantación del cultivo de la oleaginosa en las 100.000 hectáreas que aún restaban, principalmente sobre el sur de la región agrícola que transita condiciones de escasa humedad.
Además de verse afectada la siembra, también se complica el desarrollo del cultivo que avanza sobre un régimen climático complejo. Considerando el total de la superficie, el 60% presenta una condición hídrica en regular/sequía lo que compromete el paso de las fases.
Por otro lado, en el NOA se informa una demora interanual superior al 50%, producto de la falta de humedad sobre la cama de siembra que impide que se lleven a cabo las labores iniciales. Al momento, en la región solo se sembró el 37,3% que corresponde a 459.000 hectáreas de 1.230.000.
Por otra parte, la condición del cultivo es de 40% normal, 31% excelente/buena y un 29% mala. Frente a la semana previa, la condición regular/mala del cultivo se agudizó en 16 puntos (de 13 a 29%), al igual que la condición hídrica regular/sequía que pasó de 42 a 60% en los últimos días.
A la fecha, el 13% de los cuadros de soja de primera se encuentra iniciando su periodo crítico (R3), con la mayor cantidad de hectáreas sobre la región Núcleo Norte, bajo condiciones climáticas limitantes, en donde al mismo tiempo se registran daños por plagas y se trabaja sobre el control de malezas.
En tanto a la siembra de segunda, el 70% se encuentra en expansión foliar y apenas el 1,5% en comienzo de floración.