Por la sequía, el gobierno de Entre Ríos declaró la emergencia agropecuaria desde el 1 de enero al 31 de julio. La medida abarca distintas producciones, tales como agrícolas, ganaderas bovina, caprina y ovina, pecaneras, tamberas, hortícolas, citrícolas y forestales.
Las severas condiciones climáticas que afrontan las principales regiones productivas del país comienzan a condicionar las campañas en curso. Las altas temperaturas y las escasas precipitaciones mostraron un escenario de extrema sequía en varias regiones del país. Entre Ríos fue una de las provincias más afectadas, al igual que Santa Fe.
La situación en los campos, es un acontecimiento prácticamente inevitable que provocó muchos daños directos e indirectos. Dos de los cultivos estivales más afectados son el maíz y el sorgo, que traen consigo efectos negativos para otras producciones como las ganaderas en donde se espera un menor volumen de alimento para animales de carne y leche, condicionando la capacidad productiva. En paralelo, también se observa la disminución de la oferta forrajera como pasturas naturales a causa del evento climático.
Desde el gobierno entrerriano, declararon la emergencia agropecuaria y acordaron asistencia al sector ganadero y agrícola con el fin de que puedan recomponer el capital, de cara a la próxima campaña. Para eso se solicitará a los productores agropecuarios afectados que presenten una declaración jurada para acceder a los beneficios, como las líneas de crédito.
Precipitaciones y balance de agua
Luego de las últimas lluvias registradas la provincia de Entre Ríos mostró un notable recupero frente a la primera semana del año.
Fuente: Bolsa de Cereales de Entre Ríos
La sequía que dominaba todo el territorio provincial producto de dos semanas sin precipitaciones y temperaturas por encima de los 40ºC retrocedió en forma significativa aunque deben presentarse nuevas precipitaciones para que las reservas logren sostenerse.