Desde la Bolsa de Cereales indicaron que las condiciones ambientales comenzarían a normalizarse, bajo la regularización próxima del patrón climático La Niña.
Las condiciones ambientales para los cultivos de siembra gruesa fueron significativamente importantes, ya que generaron un escenario crítico para los cultivos que comenzaban a transitar la campaña 2021/22.
La primera quincena de enero caracterizada por temperaturas extremas, más la ausencia de precipitaciones importantes, generaron un panorama poco alentador para los cultivos de verano y afectan negativamente la evolución de la cosecha.
A raíz de la presión ejercida por el clima, los primeros resultados de los rindes son poco alentadores y ocasionaron la disminución de las estimaciones para varios cultivos, como el maíz y recientemente el girasol.
El patrón climático, categorizado como la Niña, en principio mostró una trayectoria débil, casi imperceptible en la primavera pasada, pero llegado el verano se intensificó, y causó una importante disminución de agua útil sobre el perfil hídrico. Esta situación, en paralelo a las temperaturas extremas, generó la salida de agua de la superficie y de los cultivos, condicionando el crecimiento, el desarrollo de las fases, el rinde potencial y el volumen final proyectado. Principalmente marcado por un severo déficit hídrico, que provocó el agotamiento de las reservas en suelo.
Este episodio, agravado al ser el segundo año consecutivo que se presenta, el sobrecalentamiento del Océano Atlántico y los vientos polares por encima de lo normal, generaron la reducción de la humedad y la modificación del régimen de precipitaciones para varias regiones de Sudamérica.
Estos fuertes eventos ambientales finalmente llegaron a su desenlace, y las condiciones de normalidad comienzan a aparecer, las cuales perdurarán en los próximos meses.
Según la Bolsa de Cereales para el inicio del otoño se espera que comiencen las precipitaciones normales a superior a lo normal, en gran parte de la región. Luego descenderán en mayo en conjunto a las temperaturas. La neutralidad traerá consigo una temporada caracterizada por heladas prolongadas e intensas.
Asimismo, en gran parte del centro y este de la Región Pampeana, NOA y parte de la región Chaqueña la situación hídrica se irá revirtiendo, aunque el riesgo no disminuye completamente ya que el déficit persiste a causa de la gravedad de los últimos meses.
Por otra parte, se espera que en el invierno comience a definirse la tendencia de El Niño-Oscilación del Sur.
Desde la Bolsa de Cereales, bajo este escenario, indican que es necesario plantear un esquema productivo y sustentable.