La campaña de trigo 2022/23 comienza con algunos interrogantes, entre ellos la disminución en la intención de siembra y la posible caída en la producción para la región Núcleo.
A nivel nacional, la intención de siembra caería un 10% producto de varios factores, entre ellos, los elevados costos a la hora de producir y la incertidumbre climática, pero no se descarta que ese porcentaje sea aún mayor, ya que la presión que ejerce el clima limita el inicio de la siembra.
Debido a que los pronósticos indican que “La Niña” continuaría y con ello, la posible persistencia del clima seco y el déficit hídrico en varias regiones del país, la siembra del cereal comienza a replantearse y en paralelo, se da apertura al ingreso de nuevos cultivos como es la Cebada.
En El Trébol, Carlos Pellegrini y Cañada Rosquín se espera que la superficie sea la misma que el ciclo previo, aunque en Bigand y Cañada de Gómez caería aproximadamente un 10%, en Marcos Juárez un 15% y en Pergamino entre un 10 a 20%.
En paralelo, se estima que en la región Núcleo, la producción sería de 2 mill. tn. menos respecto al año anterior.
Asimismo, los elevados costos de los insumos limitarían la producción, ya que las dosis no serían suficientes para expresar el potencial del cultivo producto de los elevados costos de los fertilizantes y en especial los nitrogenados. Por tal motivo, desde la Bolsa de Comercio de Rosario indican que la fertilización con urea caería un 20% en la región lo que provocaría el descenso de los rindes en un 20%, y hasta 10 qq/ha menos.