La campaña 2022/23 comenzó con condiciones climáticas desfavorables para la siembra de trigo. La ausencia de lluvias y la escasa a nula humedad en suelo presionan negativamente las labores sobre varias regiones del país.
Sobre el centro-norte del área agrícola, la ausencia de lluvias que se registra hace semanas y la falta de pronósticos de precipitaciones a corto plazo deja afuera a 100.000 hectáreas que iban a ser destinadas al cereal, ajustando la estimación de siembra a 6,3 mill. ha.
La ventana de siembra próxima a cerrar y un escenario negativo, género reducción de las hectáreas en Córdoba y parte del NEA, en donde se intentará sembrar hasta los primeros días de julio a la espera de precipitaciones que recarguen el perfil de suelo.
A nivel nacional, se sembró el 61,9% de la superficie destinada al cultivo, presentando una demora interanual de aproximadamente 10%. La mayor cantidad de hectáreas sembradas en los últimos diez días fueron sobre el sur del área agrícola, en donde los niveles de humedad son más elevados y permitió la incorporación de más del 60% de las 865 mill de ha. de la última semana.
En paralelo, sobre el NOA, la siembra del cereal concluye con una importante caída, 43,9% menos que lo sembrado en el ciclo 2021/22.
Hacia el oeste de Santa Fe y norte de Buenos Aires ,las labores se encuentran frenadas y se aguardan precipitaciones que permitan incorporar los lotes restantes a la campaña actual.
Por último, las recientes emergencias muestran heterogeneidad y coloración rojiza, en respuesta a las bajas temperaturas y la poca humedad en suelo.