De cara a una nueva precampaña de gruesa, desde la Bolsa de Cereales informaron que, en comparación al ciclo 2021/22, la superficie de maíz se reduciría en un 2,6%.
El mes pasado comenzó el relevamiento de las zonas productivas para el maíz 2022/23 con el fin de conocer parcialmente la superficie destinada al cultivo en el ciclo que se encuentra próximo a comenzar.
Los resultados muestran una reducción en la intención de siembra ya que la campaña iniciará en un contexto de baja humedad edáfica y en un escenario con pronósticos a largo plazo predominantemente secos, a raíz de la incidencia del fenómeno climático “La Niña”.
En los últimos meses, las lluvias sobre las principales zonas agrícolas se mantuvieron con registros por debajo del promedio histórico, lo que lleva a que las reservas estén severamente ajustadas. Algunos pronósticos indican que en los meses de diciembre/enero/febrero las lluvias retornarán.
A nivel país esta situación es variable, ya que en el norte la necesidad de la rotación de cultivos mantiene firme la decisión de sembrar maíz, mientras que hacia el centro del área agrícola, la intención se reduce a causa de los niveles de humedad en suelo alejados de los óptimos.
Además del escenario climático, la variabilidad de los rindes del ciclo previo, el aumento de los costos, y la competencia entre cultivos, en este caso directamente con la soja por menores requerimientos, desplazan al cultivo de maíz y disminuyen la intención de hectáreas a sembrar.
Esta mayor inversión que requiere el cultivo por hectárea termina incidiendo sobre la decisión final, tal es así que los principales insumos mantienen valores muy elevados y respecto de agosto/21 la urea se incrementó en un 53,2%, mientras que el fosfato diamónico lo hizo en un 57,14%.
Desde la Bolsa de Cereales indican que la superficie a sembrar sería de 7,5 mill. ha., un 2,6% menos y en números absolutos, 200.000 hectáreas por debajo del ciclo anterior. Sin embargo, la campaña actual sería superior al promedio de los últimos 15 años.
Por último, no se descartan futuros ajustes, previos y en el curso del ciclo, relacionados directamente con la variable climática.