A pocos días de empezar con la siembra de gruesa, el área a sembrar de maíz cae un 10%.
La falta de precipitaciones sobre las regiones maiceras del país a raíz de la tendencia climática La Niña, lleva a que comience la siembra nacional con muy poca humedad en el suelo. Si bien en estos días se esperan precipitaciones sobre la región núcleo estas serán dispersas y se encontrarán por debajo del valor medio.
Además las napas se encuentran por debajo del nivel del año pasado, siendo otro factor limitante en la producción de maíz. En algunos casos, como Corral de Bustos, las napas se encuentran por lo menos un metro debajo de lo normal para la zona.
Ante la escasez de precipitaciones, la siembra de maíz cae un 10% frente a la campaña pasada, superando a la estimación de mayo en la que marcaba una caída del 5% sobre la región núcleo. En la campaña 2022/23 el recorte parcial de hectáreas será de 180.000, esperando una siembra de 1,66 mill. de ha.
Esto se acompaña con una menor influencia de aportes tecnológicos que posiblemente deje rindes lejos de los del ciclo 2018/19 en donde se obtuvieron en promedio para la región núcleo 111 qq/ha. Además, tras una campaña en donde se obtuvieron rindes de 50 qq/ha, y planteos que terminaron pastoreados la inversión en insumos en varias localidades ya comienza a mostrar recortes. Tal es así, que en Cañada de Gómez la falta de humedad en suelo y los elevados costos en la producción, presionan a que la siembra arranque con un ajuste en la fertilización nitrogenada del 30% y una menor densidad de siembra; En Bigand se espera que la superficie de maíz temprano se reduzca notablemente mientras que aumentaran en un 50% la de maíz tardío, y en paralelo, la producción de soja; En Pergamino y Colón también sucedería lo mismo que en Bigand y en Corral de Bustos, se buscará un rinde de 120-120 qq/ha, por debajo de lo inicialmente proyectado de 150 qq/ha.