Avanza la campaña de trigo y el clima continúa preocupando, en la última semana la escasez de precipitaciones y las heladas siguen afectando al cultivo.
El clima es uno de los puntos más importantes de la campaña de fina 2022/23. En esta última semana, la condición del cultivo empeoró como también el contenido de humedad en suelo, que en comparación al ciclo anterior (mismo periodo) la caracterización de cultivo caracterizada como buena se encuentra muy por debajo.
Actualmente el 34,7% de los planteos presenta una condición hídrica entre regular a sequía mientras que la condición del cultivo caracterizada como regular/mala aumentó debido a la ausencia de precipitaciones, localizadas principalmente en centro-oeste y norte del área agrícola.
En paralelo, las frecuentes heladas continúan haciéndose presente y empeoran los cuadros. Hacia el norte del país comienzan a notarse pérdidas de superficie por quemado de espigas que se encontraban en llenado de grano, mientras que hacia el centro ya se detectan daños en espigas, parciales hasta totales, como también amarillamiento de hojas, presencia de arañuela, trips, royas y mancha amarilla. Hacia el sur, las temperaturas bajas generaron daños en el cultivo que se encuentra macollando.
Con pronóstico de lluvias por debajo de la media, crece la preocupación por el desarrollo de cultivo en un escenario que se mantendrá hasta el mes de noviembre.
Actualmente el 78% del cultivo está en macollaje, un 5% está iniciando el macollaje, el 15% en encañazón, y un 2% en foliación. Sin embargo, los pronósticos indican que las precipitaciones estarán por debajo de la media hasta noviembre. Esta condición se mantendrá para gran parte del centro y norte argentino incluso durante la fase crítica de desarrollo del cultivo de trigo.
En paralelo, ya se registran zonas con sequías severas como sucede en el extremo sur de Santa Fe, extremo norte de Buenos Aires y este de Córdoba.
Es por ello que se necesitan precipitaciones en lo inmediato, no solo por la escasez hídrica de varias zonas sino también por el incremento en las exigencias del cultivo y el aumento de las temperaturas que favorecen la evaporación del suelo, con napas que se encuentran con niveles tan bajos que resultan alarmantes.