Con el total del área en pleno macollaje e inicio de espigazón, se necesitan lluvias a corto plazo para alcanzar los rindes proyectados para la cebada 2022/23.
La ausencia de precipitaciones mantienen en vilo el crecimiento de la cebada que inicia los estadios de espigazón en un contexto de bajas temperaturas y escasas lluvias.
La falta de humedad sobre amplias áreas sembradas ralentizan el crecimiento del cultivo. Hacia el sur del área agrícola, los cuadras se recuperan parcialmente por las lluvias registradas en agosto, mientras que hacia el norte y centro del núcleo agrícola aumenta la incertidumbre sobre los rindes proyectados.
En el caso de los lotes más avanzados que se encuentran sobre el centro norte de Santa Fe, el cultivo transita en condiciones buenas a normales, mientras que sobre el sur de Córdoba, norte de La Pampa y oeste de Buenos Aires se reportan daños foliares y crecimiento mínimos a causa de heladas, incluso en el núcleo Norte se reportan pérdidas totales de panta.
En el sur del área implantada, en donde se concentra más del 73% de la superficie (500.000 hectáreas) los lotes se encuentran en pleno macollaje.