Especialistas del INTA destacaron a la remolacha forrajera dentro de la dieta de bovinos y ovinos.
La remolacha forrajera se caracteriza por tener alto contenido de energía y alta productividad de materia seca por hectárea, siendo un forraje de calidad en poca superficie y con alta palatabilidad para los bovinos y ovinos. Es por ello que desde el INTA evaluaron el potencial de la especie.
La remolacha forrajera se adapta muy bien a climas templados a fríos y tiene una alta capacidad de tolerancia a situaciones de estrés hídrico. Si bien frente a esta condición el cultivo detiene el crecimiento, una vez que el contenido de humedad cambia, éste retorna.
Esta especie permite ser una alternativa dentro del pastoreo directo debido a la simplicidad del manejo y las distintas ventajas que tienen en cuanto a lo nutricional.
Gabriela Garcilazo, especialista en rumiantes del INTA Valle Inferior, Río Negro sostuvo que las ganancias de peso registradas son de alrededor de un kilo por día en invierno. Además, con un buen manejo desde el INTA indican que se puede obtener rendimientos de hasta 20 tn/ha de materia seca.
En cuanto al aspecto nutricional, la remolacha forrajera presenta una distribución balanceada en el total de la planta, ya que el bulbo aporta energía mientras que sus hojas, proteínas. Respecto a la superficie, una hectárea de remolacha alimenta el doble de animales considerando una misma hectárea destinada a silo, lo que lleva a una notable reducción del costo de alimentación por animal.
Respecto al consumo por parte del animal, se requiere un proceso de adaptación de alrededor 25 días, en el cual el animal aprende a comer este tipo de hortalizas e internamente el rumen también se adapta.
Por último, desde el INTA, indican que la terminación de los animales es similar a lo obtenido en dietas a corral con maíz, ya que presenta una buena cantidad