Desde el INTA informaron cómo afecta el clima en la presencia de enfermedades más destructivas para los cereales de fina.
Un estudio realizado por el Conicet, la Facultad de Agronomía de la UNCPBA y el INTA evaluaron el impacto de los cambios climáticos que condicionan las producciones tanto a corto como a mediano plazo.
En noches cálidas, donde la temperatura se incrementó 3°C fuera de lo normal, el impacto en el rendimiento fue claro como también la calidad en la producción de cereales.
En aquellas noches con temperaturas elevadas, se vio favorecido el desarrollo de la enfermedad denominada Fusariosis de la Espiga (FET) con impacto negativo en cebada y trigo. Esta enfermedad es una de las más destructivas ya que afecta parámetros de calidad en grano y aumenta la concentración de micotoxina, además de generar una reducción del rendimiento, disminución del peso y un menor poder germinativo del grano.
Estos resultados indicaron que el cambio climático aumentaría en un 75% la presencia de micotoxinas poniendo en riesgo la inocuidad alimentaria y la calidad de los cultivos de invierno. En este caso el desarrollo de la enfermedad asegura una disminución del 7% sobre el rendimiento de grano, por cada grado de aumento de la temperatura nocturna.
En este contexto, se prevé que el cambio climático lleve a un aumento de la temperatura global entre 1 y 3,7°C para finales de este siglo y para Argentina la media aumentará entre 1,5 y 4,5°C, con la probabilidad de eventos climáticos extremos. Además, se prevé un aumento de frecuencia de las noches cálidas que de días cálidos. Por esto, es necesario evaluar el impacto del aumento de temperaturas durante la noche en la producción de cultivos y el desarrollo de las enfermedades.