El comienzo de octubre se presentó con precipitaciones aisladas e insignificantes que no lograron revertir las condiciones del cultivo de cebada.
La ausencia de precipitaciones afecta a las 1,3 mill. ha. sembradas de cebada en el país, generando un continuo estrés hídrico en las plantas de la presente campaña. Al momento la mayor parte del cultivo transita entre espigazón y floración, siendo la escasez hídrica un componente determinante a la hora de definir los parámetros de rendimientos.
Según la Bolsa de Cereales, no solo se vería una disminución en los rindes si no también pérdidas del área cosechable, principalmente en las regiones núcleos del país, que son las áreas más afectadas por el déficit hídrico y que respecto al cultivo concentra más del 9%del área nacional.
Los pronósticos sin lluvia a corto plazo, las sucesivas heladas y la escasez hídrica en suelo llevaron a que en los últimos días se realice un recorte sobre la estimación de producción de la cebada en un 7,5% menos que lo proyectado inicialmente. Para la campaña 2022/23 se esperaba que la producción alcance las 5,4 mill. tn. pero esto finalmente no se concretara y la nueva estimación cae a 5 mill. tn., 400.000 tn. menos. Incluso si en los próximos diez días no ocurren precipitaciones, las pérdidas del área cosechable podrían ser superiores.
Por otra parte, hacia el sur agrícola la condición de cultivo continúa siendo entre normal a buena pero en dicha zona no es el déficit hídrico lo que genera la presencia de ciertos cuadros irregulares si no, la amplitud térmica y las temperaturas por debajo de cero grado que indicaron sobre el área foliar del cultivo.