En los últimos meses los precios de la carne se mantuvieron en baja frente a una inflación que crece mes a mes.
En un contexto de demanda interna baja, los precios de la carne se mantuvieron en niveles bajos. Desde junio los aumentos de la carne no logran cubrir los ajustes inflacionarios y mantiene una caída de más del 15% frente a la inflación.
Según el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina, en el último año la carne vacuna aumentó un 68%, contra una inflación del 83%.
Los cortes de carne más económicos entre ellos la falda o el osobuco, en los últimos 12 meses mostraron aumentos del 110%, mientras que los cortes como el peceto registraron incrementos interanuales del 40%. Lo que llevó a que la brecha entre los cortos de mayor valor a los de menor, se redujera del 300 a 150%.
Frente a esta situación, el consumo se mostró dispuesto a reemplazar la carne por otras alternativas como la carne de pollo, que si bien mostró aumentos del 89% anual, sigue siendo una alternativa más económica.
Esto lleva a que el consumo de carne vacuna se encuentre en 48 kilos anuales promedio por habitante, lejos de los 60 kilos del 2019 afectado por el bajo poder de compra del consumidor, que en los últimos 3 años perdió un tercio del poder de compra.
Fuera del mercado local, el sector exportador se encuentra debilitado, con una demanda china que se muestra lejos de operar con normalidad al igual que sucede con el mercado europeo, mostrando una desestabilización de los precios locales.