Apenas con el 23% de la superficie sembrada, la campaña maicera 2022/23 resulta una de las más inestables de los últimos años.
La falta de condiciones óptimas para llevar a cabo la siembra del cultivo, llevó a que varios productores se replanteen sus sistemas. Muchos optaron por llevar la siembra a planteos tardíos, mientras que otros cambiaron directamente por soja de primera.
El principal problema de la campaña son las escasas precipitaciones, asociada a un año Niña,que llevan a que una gran superficie productiva esté en condiciones secas.
Durante la última semana, las labores se concentraron en Buenos Aires y La Pampa alcanzando el 23,6% de la estimación para la campaña 2022/23 que es de 7.300.000 ha.
Sin embargo, se espera que la estimación se concentre mayormente en planteos tardíos los cuales comenzaron a sembrarse dentro de 15 días. Las lluvias recientes generaron un mejor escenario, permitieron restaurar parte de los niveles hídricos en los primeros horizontes de suelo, incluso mejoraron los cuadros de varias zonas de Córdoba y San Luis, que habían sido afectados por las heladas tardías
Finalmente, para el 66,3% de los cuadros implantados, la condición hídrica es entre adecuada y óptima, aunque solo el 11% del área sembrada mantiene una condición de cultivo buena/excelente. En Santa Fe, se registran daños puntuales causados por lepidópteros.