La soja de primera 2022/23 mantiene la misma “suerte” que los restantes cultivos del año. La falta de precipitaciones profundiza día a día los síntomas de estrés hídrico.
En los últimos siete días, en la región Núcleo se sumaron 100.000 ha en condiciones malas y más de 200.000 ha. regular. En lo que va de la campaña, más de 300.000 ha. se caracterizan cómo malas mientras que 1,43 mill. ha. en regulares. En paralelo el 51% se considera como buena y solo un 6% como muy buena.
En los últimos días, uno de los claros síntomas por estrés hídrico térmico se observó en Venado Tuerto, en dónde se registran plántulas con “estrangulamiento” de la base del tallo.
En Cañada de Gómez, se observa “escaldadura” en la base del tallo por las altas temperaturas mientras que otros lotes directamente tienen plantas secas. Incluso, donde los niveles hídricos marcan un ligero registro de humedad, las plantas nacen y automáticamente se secan.
En otras áreas, cómo aun el cultivo transita etapas de estado vegetativo, y la demanda aún es baja, se esperan precipitaciones en lo inmediato para disminuir las pérdidas productivas.
Por otro lado, la siembra de soja de segunda sobre la región Núcleo cubre el 33% de las áreas aptas, pero la falta de humedad presiona sobre el total proyectado y ya se espera aproximadamente 600.000 ha. que quedarían fuera de los planes de siembra de la oleaginosa dando paso al maíz tardío.