El maíz temprano no logra reponerse y las hectáreas implantadas registran pérdidas importantes.
Con síntomas severos de estrés hídrico, el maíz temprano transita una campaña peor a la del trigo. Las plantas no logran establecer estructuras reproductivas y ya se calcula que se perdió el 80% del rinde potencial.
Solo la presencia de lluvias dentro de los próximos 10 días podrían disminuir las pérdidas, pero los pronósticos de precipitaciones son ausentes, por ello es que se estima que el 80% lo implantado estará perdido, mientras que el 20% restante tendrá un rinde lejos del potencial, solo lograría alcanzar el 50%.
Entre los principales síntomas se ven plantas enanas, lotes secos que irán a picado, cosechas nulas y picos de estrés.
Al momento, más de 140.000 ha, se las 200.000 ha. implantadas en la región Núcleo continúan en estado regular a malo, mientras que solo el 30% está en buenas condiciones.
En paralelo, ya se sembraron 825.000 ha. de maíz tardío de las 1,3 mill. de ha proyectadas para el ciclo actual. Las regiones más avanzadas en la siembra son el norte bonaerense con un 90% y el sudeste de Córdoba con un 80%, mientras que en el centro-sur de Santa Fe, no pudieron arrancar con las labores y hacia el extremo sur, solo el 30% fue sembrado.
Desde la Bolsa de Comercio de Rosario indican que en varias regiones la siembra es arriesgada, ya que no hay humedad suficiente para comenzar con las labores y muchos de los planteos se sembraran en enero. Además, agregan, que “es tan grande la desazón de los productores que existen casos de no querer realizar ningún cultivo”.
Según los pronósticos internacionales de Niña, las variables oceánicas continúan manteniéndose con temperaturas superficiales por debajo de lo normal, fenómeno que continuará hasta febrero/marzo de 2023, para una posterior transición a la neutralidad en un 71%.