Luego de más de dos años en donde el fenómeno afecta negativamente a una gran cantidad de producciones en el país, comienzan a registrarse señales de disipación.
La Niña da muestras de haber comenzado un proceso de disipación, que traería modificaciones en el patrón climático con la posibilidad de llegar a “El Niño”, hacia mediados de 2023, lo cual beneficiaría a la campaña 2023/2024.
El proceso de transición será lento, de manera que las perturbaciones continuarán hasta mediados del verano de 2023. La acción residual de “La Niña” se irá disipando mientras que las condiciones más estables se irán instalando de forma gradual.
A corto plazo, esta transición favorecerá la presencia de humedad desde la Amazonia y el Océano Atlántico, hacia el sur de América, reactivando las lluvias y moderando las temperaturas.
En el largo plazo, se aleja la posibilidad de un nuevo evento de La Niña hacia un estado neutral.