La primera quincena de enero continúa con la misma tendencia climática de los meses anteriores y la sequía en la región Núcleo se profundiza.
Enero comenzó con escasas precipitaciones en el centro del país, solo el extremo sur de la provincia de Buenos Aires alcanzó valores superiores a los 40 milímetros de manera puntual, mientras que en el resto del área productiva, las lluvias se mantuvieron escasas. En la zona núcleo, región más castigada por la ausencia de precipitaciones, el aporte de agua fue mínimo y en algunos casos inexistente, con montos inferiores a los 10 mm.
En la semana comprendida por los días 5 y 11 de enero se registraron lluvias sobre la región núcleo pero de escasas precipitaciones. Los acumulados oscilaron entre 2 a 6 mm en la zona centro/oeste, mientras que hacia el sur alcanzaron los 14 mm, en zonas puntuales.
Estas precipitaciones resultan significativamente inferiores a las normales para la época y se mantienen lejos de poder cambiar el estado de las reservas de agua en suelo. En paralelo, enero acumula varios días de temperaturas máximas lo que conforma olas de calor que favorecen a la evapotranspiración. En Santa Fe y en el este de Córdoba se registraron las temperaturas más altas, entre los 39° a 41,8°C.
Con este panorama, el área de sequía se extiende a casi toda la región, a excepción del oeste, en donde las reservas son escasas. Sobre casi toda el área se necesitan más de 140 mm para alcanzar un estado óptimo de las reservas en el perfil edáfico, mientras que hacia el este el requerimiento aún es mayor, entre 140 a 190 mm.
A corto plazo, no se pronostican lluvias hasta los últimos diez días del mes de enero, y aquellas que puedan desarrollarse serán dispares y puntuales, con poca probabilidad de que la zona núcleo logre una recuperación significativa.
En este escenario, la campaña 2022/23 se caracteriza como la más seca en más de sesenta años.