Con 60.000 hectáreas perdidas, el total de maíz tardío se reduce a 1,1 mill. ha. en donde el 65% está entre muy bueno a bueno y el 35% en regular a malo.
Con lluvias por debajo de las normales, el maíz de primera comenzó en un escenario de escasas reservas hídricas que impedía que se concreten las labores de implantación, es por ello que gran parte de los planteos se destinaron a los cuadros tardíos, depositando toda la confianza de la campaña en estos planteos. Pero ninguna variable fue válida, el tercer año consecutivo de La Niña dejó reservas hídricas muy lejos de las óptimas y ahora pone en jaque la producción tardía. Tal es así que en la región Núcleo, las precipitaciones quedan muy lejos de la media. En 2020 llovió el 65% del promedio, en 2021 el 60% y en 2022 un 50%. Esto quiere decir que el último año, apenas se registraron 450 mm, de los 900 habituales.
El centro de Santa Fe es el área que al momento presenta los mayores retrasos en las labores de siembra e incluso ya se estima que no se pueda sembrar. Esto se asocia a las importantes anomalías que presenta la región respecto a las condiciones pluviométricas normales. Durante el 2022 en Rosario faltaron 510 mm para llegar a la media.
En paralelo, la situación es crítica también para el maíz temprano, más de 20.000 ha. no se cosecharán y 100.000 más están en mal estado, solo el 15% se mantiene en buenas condiciones.