Próximo al cierre de la ventana de siembra y con prácticamente el 100% de la superficie sembrada (estimación 2022/23: 16,2 mill. ha.) las lluvias impulsan las labores y permiten la incorporación de las 200.000 ha. restantes.
Las precipitaciones que se desarrollaron en la última semana no solo permiten mejores condiciones para culminar con las labores de siembra, si no que también ponen un freno al deterioro del cultivo.
En la última semana los máximos acumulados se registraron sobre el sur de Córdoba, Núcleo Sur y el norte de La Pampa – oeste de Buenos Aires, lo que permitió un incremento de la condición hídrica calificada como óptima en un 7%, a 37%, en un escenario en donde una pequeña parte de la superficie implantada comienza el periodo crítico.
En cuanto a la soja total, más del 50% de los lotes reporta una condición de cultivo mala principalmente sobre ambos núcleos, el sur de Córdoba, el norte de La Pampa y oeste de Buenos Aires. Para estas zonas, se esperan mermas sobre los rendimientos potenciales a raíz de las elevadas temperaturas y la ausencia de humedad en la primera parte del ciclo.
Por ultimo, comienza a peligrar la proyección de producción por los daños reportados de plagas, resiembras fallidas, muertes de plantulas, menor crecimiento y aborto floral. Además, el 60% de la soja de segunda está en mal estado.