Desde el INTA alertaron sobre el aumento en la población de siete de oro y dieron recomendaciones por la incidencia y alteración que está sufriendo el ganado.
El siete de oro (Astylus atromaculatus), reconocido por su color amarillo y negro, en los ultimos dias registró un aumento de la concentración poblacional en cultivos que antes no se registraba con tanta frecuencia, como la alfalfa, asociado a los cambios climaticos.
En los últimos meses a partir del clima, las escasas precipitaciones y olas de calor sucesivas, la población del insecto podría haberse incrementado en los espacios con presencia de flores, especialmente en lotes de alfalfa. El problema comienza cuando se tiene en cuenta que la alfalfa es un recurso forrajero de gran relevancia para la producción y la floración de las plantas atrae al insecto.
En los últimos días, se registraron casos de decaimiento, diarrea severa (con y sin sangre), cólicos y hasta muerte súbita, es por ello que el Servicio de Diagnóstico Veterinario Especializado del INTA Balcarce, está realizando estudios para descartar otras posibles causas que no esten relacionadas al insecto, mientras que recomienda evitar el consumo de forraje con elevada densidad de siete de oro.
Al momento se sostienen que los episodios por ingesta accidental del insecto podrían provocar estos síntomas, incluso un aumento en la mortandad ya que existen escasos antecedentes sobre intoxicación por consumo de siete de oro.
Especialistas en sanidad animal del INTA brindaron recomendaciones ante la aparición del insecto, entre ellos recomiendan:
- Evitar el consumo de forrajes con elevada concentración de siete de oro;
- Monitorear los lotes antes del ingreso de los animales y durante el pastoreo;
- Ingresar a los animales a pastorear la alfalfa antes de que ingrese a floración ya que las inflorescencias atraen al siete de oro;
- Cortar el forraje disponible y antes de suministrar esperar 48 horas post corte para evitar el consumo del insecto;
- Si no existe la posibilidad de corte, evitar el pastoreo en horas frescas de la mañana y la noche en donde existe una mayor posibilidad de que el insecto sea consumido por los animales;
- Ante el riesgo de toxicidad en estado seco, previo a henificar, controlar que no exista la presencia de siete de oro.
En paralelo, desde el INTA intentan verificar fehacientemente la causa de la muerte del ganado, aunque en los estudios realizados en los animales muertos se observaron lesiones hemorrágicas en yeyuno, colon y recto, y en el contenido ruminal se encontraron restos del siete de oro, confirmando su consumo.