Con una producción de soja en baja, la molienda Argentina pierde terreno en el plano internacional.
Después de dos décadas en crecimiento, cae la producción sojera en nuestro país, y en simultáneo, la participación comercial en el Mercosur.
En el 2022, a pesar de un recorte en la molienda, Argentina fue responsable de más del 60% de la capacidad productiva de aceite del Mercosur, cumpliendo con estándares de industrias eficiencientes que cuenta con un tamaño de planta muy superior al promedio del Mercosur, incluso la capacidad productiva por planta en Argentina supera las 5.300 tn, mientras que en Brasil se ubica en 2.300 tn. Lejos quedan Paraguay y Bolivia, con promedios de 850 a 1.300 tn.
Durante el año anterior, la molienda Argentina cerró con una baja del 10% en un escenario mejor al actual, y marcó un quiebre en la participación internacional. Para el ciclo 2022/23, los datos para la molienda local profundizan la tendencia y se espera nuevamente un año en el plano internacional en baja.
El recorte productivo local, lleva a que también disminuya la capacidad de producir subproductos, dejando a la industria del aceite y la harina de soja trabajando en la mitad de su capacidad productiva
En este escenario, Brasil mantendría una posición distinta al producir alrededor de 156 mill. tn. y con un marcado crecimiento productivo constante hace años, lo cual permite estimar que la producción de subproductos supere los rangos establecidos hasta el momento.
Con la cosecha ya iniciada y con rindes por debajo de lo esperado, nuevamente se confirma la caída en la molienda.
Los rines de la zona núcleo marcan quebrantos nunca antes vistos y los rindes de 45 qq/ha, potenciales no se localizan en ningún lote, incluso se encuentran mínimos de 6 qq/ha, por lo que la situación productiva local es alarmante.
En paralelo, también se espera que la soja de segunda sea con rindes a pérdida, ya que se encuentra en peor estado que la soja de primera.