Abril dejó un notable déficit pluviométrico en la región núcleo.
En la región Pampeana abril dejó un saldo de 75 mm de base lo que impidió que se concreten con los 150-200 mm que faltan en los perfiles de suelo de cara a una nueva campaña triguera.
Con los 120 mm esperados para abril, valor representativo y estadístico del mes, las reservas edáficas iban a comenzar a estabilizarse con la ayuda de las precipitaciones del mes de mayo. Pero abril apenas dejó entre un 10 al 40% del registro normal pluviométrico en la región, por lo que aun los suelos se mantienen con reservas entre regulares a sequía, siendo el norte de Buenos Aires y el sur de Santa Fe los lugares más afectados e incluso muestran las peores condiciones de los últimos 30 años.
Al momento, si se compara con la situación que se vivía en el mismo periodo un año atrás, la situación es aún más compleja, ya que el mes saliente deja un escenario poco alentador a muy pocos días de comenzar con la siembra de trigo, que económicamente se necesita que sea viable tras los resultados que dejó la siembra de gruesa luego de afrontar la peor sequía de los últimos 60 años.
En este contexto la expectativa está puesta en mayo, aunque este mes apenas suele dejar entre 40 y 70 mm, muy lejos de los aportes regulares que mantiene abril. En los pronósticos a mediano plazo, no se proyecta que mayo deje precipitaciones por encima de la media que puedan contrarrestar el déficit del mes saliente. Tal es así que en 40 de los últimos 60 años, mayo se mantiene con precipitaciones por debajo del mes de abril, incluso igualando a la media promedio mensual o por debajo.