Próximamente comienza una nueva campaña de trigo y el clima juega un papel fundamental en la producción 2023/24.
A pocas semanas de comenzar oficialmente con las labores de siembra, el área estimada para la producción de trigo nacional se prevé en alza. Sin embargo, las precipitaciones serán determinantes al momento del inicio de las labores.
A comienzos del 2023, el patrón climático cambió y las temperaturas superficiales del Pacífico Ecuatorial aumentaron considerablemente marcando el final del fenómeno de La Niña hacia un sistema neutral cálido, con perspectivas a largo plazo de instalarse el evento El Niño.
Pero, a pesar de la modificación en el sistema atmosférico, las precipitaciones aún no se concretan en varias regiones del centro agrícola, por ello una gran parte de los lotes a sembrar aún son estimativos ya que cuentan con reservas hídricas prácticamente en sequía.
En marzo, los eventos de precipitaciones mejoraron parcialmente las reservas de los perfiles, pero no fueron generalizados, ya que los mayores eventos se desarrollaron sobre el sur de Buenos Aires y La Pampa, el centro este de Entre Ríos y el NOA. En el mes de abril las precipitaciones no están logrando alcanzar el 30% de la media mensual.
En paralelo, el contexto local e internacional juegan un rol determinante en la campaña de trigo 2023/24, en donde las condiciones financieras en el inicio y desarrollo de la campaña tendrán su peso.
A nivel internacional, el precio del trigo se mantiene en niveles históricamente altos, en un contexto global inflacionario que afecta al mercado. Pero a favor de la campaña, la relación insumo/producto mejoró un 21% y se posiciona como una de las mejores respecto a las últimas campañas a razón de una fuerte reducción en los precios de los fertilizantes.
En el plano local, además de las variables climáticas, las modificaciones en las políticas de exportación y las elecciones presidenciales provocan un escenario lleno de incertidumbre
Frente a este panorama, y a la espera de precipitaciones en las próximas cinco semanas en conjunto con la recuperación de las reservas de humedad, la estimación de siembra de trigo nacional es de 6.700.000 ha., que de concretarse se lograría una expansión interanual de 600 mil hectáreas y un incremento del 4,7% por encima al promedio de las últimas 5 campañas.
En caso de lograr la superficie proyectada, esta sería la segunda más alta de los últimos 22 años, considerando que en la campaña 2001/02 se sembraron 7 mill. ha.