La pérdida de forrajes, además de impulsar la faena directa, elevó el nivel de encierre para la época del año.
En un ciclo en donde el clima juega un rol determinante, los niveles de encierres se sitúan en valores históricos. Los corrales, cómo alternativa para el engorde de bovinos resulta hoy esencial en muchos planteos ganaderos, pero a raíz de la situación climática, los feedlots que suelen comenzar a llenarse a partir de abril-mayo, con máxima ocupación en los meses de invierno, están mostrando un comportamiento atípico.
La escasa oferta de forrajes luego de un año extremadamente seco, condiciona el consumo a campo, es por ello que el ritmo de llenado de los feedlots resulta un 20% superior a lo registrado un año atrás.
Según SENASA, al primero de abril 1.819.000 cabezas se encontraban alojadas en corrales, superando al año anterior y también marcando el cuarto mes consecutivo en superar los niveles considerados normales.
Asimismo, de enero a marzo ingresaron a los corrales 11.382.000 animales, un 26% más que lo registrado en igual período del año pasado. A raíz de esto, se espera que la oferta de hacienda para los próximos meses aumente, aunque para el último tramo del año la oferta irá en baja.
Respecto a los precios, en los últimos doce meses el precio del ternero aumentó aproximadamente un 30%, el novillo un 67% y la carne vacuna, menos del 77% interanual. Esto implica que a pesar de la corrección de precios de principios de año, la hacienda en pie, sigue estando retrasada respecto de la inflación.
Por último, para lo que resta del año, y en base a la creciente inflación se espera que los precios estén más relacionados con una recuperación de la oferta, que por una real recomposición de la demanda.