A largo plazo, según distintos pronósticos internacionales, se estima que el fenómeno climático “El Niño” podría centrarse después del invierno.
Durante el pasado verano y lo que va del presente 2023, el Pacífico Ecuatorial aumento su temperatura marcando el final del fenómeno de “La Niña” e iniciando el desarrollo de un sistema neutral cálido hacia un episodio de “El Niño”, el cual le daría el marco a la campaña agrícola 2023/2024.
Actualmente, las variables oceánicas y atmosféricas son consistentes con las condiciones neutrales, teniendo como consecuencia la normalización del comportamiento de la atmósfera. Sin embargo, una gran cantidad de instituciones de clima a nivel mundial, indican que posiblemente el escenario evolucione hacia un fenómeno Niño.
Las chances de que próximamente el Pacífico Ecuatorial presente condiciones similares a este fenómeno superan el 70%, como se registra para el trimestre mayo-julio de 2023 en donde la posibilidad aumenta al 73%. En el largo plazo, El Niño se convierte en la categoría dominante con posibilidades de ocurrencia del 87%.
Es posible que inicie hacia mediados del otoño, dando vigorosidad al anticiclón de Brasil el cual favorecerá el incremento en el transporte de humedad hacia Paraguay, sur del Brasil, este de la región del Chaco, Mesopotamia, Uruguay y el centro-este de la región Pampeana. A su vez moderará los excesos térmicos, reduciendo los riesgos de heladas y las temperaturas máximas.
Aunque la probabilidad de ocurrencia para el trimestre mayo-junio-julio sea alta, se deberá tener en cuenta que “El Niño” raramente se activa en el área agrícola durante el otoño y el invierno, sino que lo hace a partir de la Primavera, por lo que no se esperan un alivio rápido respecto a la sequía, sino que recién en los últimos tres meses del año cambie considerablemente el patrón pluviométrico. Incluso a partir de septiembre los efectos del “El Niño” podrían comenzar a notarse a lo largo del país.
En un año Niño, no todas las regiones tienen el mismo comportamiento frente al fenómeno. En delegaciones con gran cantidad de superficie triguera como son Marcos Juárez y Tres Arroyos, las precipitaciones de noviembre a marzo en campañas dominadas por El Niño suelen ser superiores a las de años neutros, pero en los demás meses no se observan diferencias importantes.
En Tres Arroyos, la influencia de “El Niño” es menor y no hay un periodo en el que claramente las precipitaciones se vean fuertemente influenciadas por este fenómeno, salvo en el mes de octubre y noviembre.
Panorama estacional:
Para el otoño, “El Niño” se irá instalando aunque los efectos no se observarán antes de la primavera, producto de la acción de los vientos polares que si bien no son intensos, son persistentes y demoran la acción del proceso. Fuentes oficiales indican que es posible que los vientos se extienden sobre el interior del área agrícola, retardando y debilitando la activación de los efectos de “El Niño”. En paralelo, mantendrán grandes áreas con déficits hídricos.
Para el invierno, el sistema climático continuará en un estado de “El Niño” con perturbaciones negativas de los vientos polares que no permitirán registrar el fenómeno climático en su totalidad.
En la primavera y el verano, se espera que “El Niño” se instale y logre lluvias abundantes y temperaturas moderadas, pero también aumentarán los riesgos de anegamientos, desbordes y crecidas de arroyos y grandes ríos.
Por utlimo, respecto a la campaña agrícola 2023/24 es posible que las precipitaciones pronosticadas para el mes de junio, junto con las lluvias esperadas para lo que resta de mayo mejoran parcialmente las condiciones de humedad para la siembra de fina principalmente hacia el centro-este del área agrícola nacional, aunque el énfasis en las lluvias está puesto en la primavera, las cuales podrían llevar a mejoras en los rindes.