El Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuario (INTA) indicaron, mediante una investigación, que el cereal argentino presenta un mejor balance de la huella de carbono, frente a la producción del mismo cultivo en otros países.
Especialistas del INTA y del INTI indicaron mediante el resultado de una investigación sobre emisiones de gases del efecto invernadero en el marco de la 17° edición del Congreso Maizar, que se desarrolló el pasado miércoles en la Ciudad de Buenos Aires. Allí informaron que la huella de carbono del cereal en Argentina presentó el mejor balance 2021/22 entre los principales países productores.
El estudio informó que la emisión de gases de efecto invernadero medida parcialmente con la implementación de la huella de carbono que emite la cadena del maíz arrojó que Argentina en el ciclo 2021/22 emitió un total de 1.246 kilos de dióxido de carbono por hectárea, y 0,178 por kilo de maíz, lo que permitió calcular el mejor balance, entre siembras tempranas y tardías, en relación a otras producciones mundiales.
Dentro de las emisiones de gases del efecto invernadero, la fertilización y la producción de fertilizantes suman más de un 50%, mientras que otra alta emisión pertenece a los residuos de cosecha, herbicidas y combustibles.
El informe se realizó mediante la metodología de “análisis de ciclo de vida”, desde la extracción de la materia prima, pasando por todas las etapas de transformación, contabilizando todos los gases emitidos, sobre una base de 16 regiones locales productoras del cereal propuestas por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
Al compararse con las emisiones promedios, los especialistas mostraron que Argentina redujo su huella en un 22% en los últimos diez años.
Además, es 61% inferior respecto al promedio mundial, en el que se incluye a España, China, Brasil y Tailandia.