Desde el Instituto de Agrobiotecnologia y Biológia Molecular (IABIMO) del INTA investigan cómo maximizar la fotosíntesis con el fin de aumentar el rendimiento del cultivo.
Aumentar la eficiencia fotosintética de la planta es uno de los puntos claves para maximizar el rendimiento y por el momento el girasol se encuentra siendo investigado y analizado con el fin de lograr futuras mejores campañas.
Actualmente, en nuestro país el cultivo se limita al mejoramiento clásico. Si bien el rendimiento de girasol es bueno, no mejoró en cuanto al contenido de aceite por lo que la selección genética convencional mediante cruzamientos selectivos no está resultando en los efectos productivos. Es por ello, que se busca analizar la forma de multiplicar los rindes, mediante la maximización de la radiación interceptada en la fase de llenado del grano para lograr un impacto en el contenido de aceite.
Los investigadores utilizan el cultivo en senescencia para lograr genotipos “stay green funcionales”, que sean capaces de mover los fotoasimilados y lograr un mayor impacto en la formación de grano. A modo de síntesis, mediante biomarcadores asociados a la senescencia foliar, buscan genotipos verdes funcionales que dirijan los productos de la fotosíntesis a formación de grano.
En el estudio actual, el equipo de investigación trabaja con líneas endocriadas del Programa de Mejoramiento de INTA Manfredi por el que se logró dos genotipos: uno que senesce muy temprano y otro que lo hace muy tarde. En lo inmediato, como objetivo se busca lograr un híbrido con senescencia retardada que logra una mayor área foliar, en consecuencia una mayor fotosíntesis que se traduce en grano y rendimiento.