Más del 40% del trigo de la zona Núcleo en condiciones regulares a malas y la angustia crece entre los productores.
A pesar de un cambio en el patrón climático a nivel global, Argentina aún no ve claro el escenario de lluvias. Los vientos polares impiden el ingreso de humedad al territorio nacional y las precipitaciones que se presentaron son dispersas y heterogéneas, en su mayoría de pocos acumulados, aunque con una clara prevalencia en el este nacional frente al oeste.
En este contexto, los productores comienzan a preocuparse por el arrastre de tres campañas consecutivas del fenómeno La Niña, y una campaña sin lluvias bajo otro escenario, pero con los suelos con severos signos de sequía.
En el 2022, septiembre terminó con un 80% de trigo entre regular a malo por la falta de agua y las heladas tardías, pero este año el 43% está entre regular a malo, prácticamente la mitad del trigo sembrado en la región Núcleo. En medio, el trigo alcanza su periodo crítico desplegando la hoja bandera.
Hacia el oeste la falta de agua es crítica y a esta altura los potenciales de rinde también se estiman en baja, en algunos casos el promedio sería de 15 qq/ha lejos de los 38,8 qq/ha, alcanzados en los últimos 5 años.
Los próximos días serán determinantes para el ciclo triguero 2023/24.