En Santa Fe, el contenido de agua útil en la superficie a sembrar es dispar. Los lotes del centro norte de la provincia cuentan con agua útil disponible en los primeros 20 cm de suelo, pero la situación general es totalmente diferente. Una gran parte del área se encuentra entre buena a regular, con localidades entre escasas a nulas, como consecuencia de la distribución heterogénea de las pocas precipitaciones registradas.
Producto de la falta de recuperación en la humedad en la cama de siembra, la dinámica de las labores presenta particularidades y muchos de los planteos de gruesa peligran.
Al momento solo se implantó el 58% del girasol previsto y el 25% del maíz temprano.
En esta última semana la siembra estuvo paralizada por la falta de condiciones óptimas y sin escenarios positivos para el futuro.
En paralelo, la siembra de la soja temprana se calcula en un 9 a 10 % más que la campaña anterior, por mostrar mayores condiciones de resistencia frente a un clima adverso. En números total se implantaría 1.050.000 ha.
En el caso del maíz temprano continúa la incertidumbre por la siembra y la falta de condiciones desplaza las fechas de implantación, principalmente en la cuenca lechera de la provincia.
Por otra parte, el 55% de los trigales se encuentran en estado bueno a muy bueno mientras que el restante se divide entre regular a malo.
Hacia el norte el impacto del déficit hídrico aún no genera inconvenientes, mientras que en el resto de la superficie los problemas comienzan a manifestarse en todas las plantas. Diferente coloración en las hojas, escasa altura, variado volumen de macollaje, poco desarrollo de sus estructuras, son algunos de los síntomas más visibles.