El balance del trigo tras tres años consecutivos bajo los efectos de La Niña dejaron un escenario difícil para el cultivo incluso frente a las exportaciones.
La poca oferta, pero con una demanda sostenida, en un contexto de políticas difíciles para el sector exportador, llevó a que el trigo redujera su participación en la comercialización del mundo.
La oferta que dejó el ciclo 2022/23 fue de 14,4 mill. tn. el nivel más bajo desde la campaña 2013/14 producto de la caída de la producción. En este contexto la demanda interna se mantiene en 6 mill. tn. por lo que las exportaciones permanecen ajustadas.
Desde los comienzos de la campaña y en función a los promedios de los últimos 4 años, las exportaciones cayeron notablemente, incluso en los meses en donde suele haber un pico en las exportaciones, como es enero, los registros actuales son tan bajos como en el 2014.
Asimismo, el trigo local no cuenta con precios competitivos y frente a otros países con elevados niveles de oferta como Australia, Canadá y Rusia, los precios que ofrecen se sitúan en 230 dólares/tn., mientras que el FOB argentino llega a los 300 dólares/tn.
Por último, la escasa oferta limitó las exportaciones de trigo a Brasil que históricamente compra un gran volumen local, pero el trigo ruso, que hoy está mucho más barato, se posiciona como una mejor alternativa, mientras que Argentina continúa perdiendo mercado en el mundo y también frente a su principal comprador.