Los productores agropecuarios transitan nuevamente una campaña con muchísimas incertidumbres. El clima una vez más juega un rol determinante a pesar del cambio de fenómeno de Niña a Niño que aún no se manifiesta en las zonas productivas del país.
La campaña actual comenzó con el arrastre del ciclo 2022/23 históricamente desastroso, que llevó a una baja producción e impactó de lleno también en distintos comercios zonales.
En Carlos Tejedor el área sembrada generalmente se mantiene entre 160.000 y 185.000 ha., dependiendo del clima y de los precios de los insumos que lleva a evaluar los costos, pero la situación actual es diferente.
Entre los principales cultivos, el trigo, la cebada, el maíz, la soja y el girasol, son de los más importantes, ya que en los últimos tres ciclos permitieron una recaudación de 137 mill. de dólares.
El centro oeste del país es una de las regiones más afectadas y la sequía previa, que llevó a pérdidas para muchos productores zonales, deja hoy una situación alarmante con bajo porcentaje sembrado y planteos ya no viables.
Asimismo, en muchos casos la descapitalización por la venta temprana de hacienda en mal estado y la imposibilidad de sostener la alimentación y el agua para beber, llevó a pérdidas y aumento de la tasa de mortandad y empeora la posibilidad de recuperar el capital.
El panorama del ciclo 2023/24 es crítico los malos resultados de la campaña anterior, comprometen la financiación del ciclo actual. Además los altos costos sin frenos, la inflación y los préstamos bancarios de altas tasas complican el recupero de los productores.
Al momento, la situación es mucho más compleja, en el Oeste las precipitaciones se mantienen ausentes, se agrava la sequía que ya es la peor en 50 años.
De enero-septiembre el acumulado en Carlos Tejedor llegó a 284 mm, lejos del promedio de 850 mm por lo que recientemente se solicitó al Estado que se declare la región como desastre agropecuario y comercial hasta diciembre de 2024.
Por otra parte, el inicio de la siembra de maíz, girasol y soja está con reservas en suelo prácticamente nulas, totalmente deficientes y limitan la emergencia de los cultivos, lo que deja muy pocos lotes sembrados. En paralelo, los cultivos de trigo y cebada también avanzan en sus fases con muy pocas herramientas y en un estado regular a malo, con prácticamente un año sin lluvias.
Al momento se perdieron alrededor de 390.000 tn de granos lo que representa una pérdida en pesos de 35.231 mill.
Por ello, desde la Asociación Rural de Carlos Tejedor solicitan de manera urgente llevar a cero las retenciones de las economías regionales, cultivos agrícolas, carne y leche, y la apertura de los mercados para exportar.