Luego de las lluvias mejoraron los cuadros de trigo en un 10%.
La siembra de trigo en la región Núcleo comenzó en julio, en ese momento se estimaban rindes de 35 a 40 qq/ha. Pero luego la sequía, las menores labores de fertilización, las heladas y el granizo dañaron los planteos productivos.
Eso lleva a que hoy los planteos no tengan un buen escenario y solo el 30% del área aspire a alcanzar ese rinde, mientras que los restantes no lograrían tal objetivo.
En la última semana y tras las lluvias, la expectativa de rinde aumentó de un 20 a 30% para el valor de 35 qq/ha.
Las lluvias en muchos casos permitieron frenar la caída del rinde que podría capitalizar en el crecimiento de grano.
Mientras que en el resto del área, el 40% de los lotes mantiene condiciones regulares a malas, para los que se prevé un rinde que apenas llegaría a un promedio de 15 qq/ha. El 25% de los cuadros restantes son considerados como buenos y se espera un rinde de 25 qq/ha.
Por otra parte, las lluvias además llegaron con granizo que generó serios daños en los cultivos. En María Susana hay pérdidas del 100% en trigo; en El Trébol daños en un 30%; y en Calos Pellegrini, esperan un rinde promedio de 12 qq/ha.
En este contexto, las lluvias permitieron mejorar la siembra de gruesa aunque el granizo afectó al maíz que estaba emergiendo, incluso con daños de un 100%.
En cuanto a la soja las lluvias destrabaron la siembra y al momento alcanza las 471.000 ha. un 12% de las 4,1 mill. ha. proyectadas para el ciclo 2023/24. Sin embargo, productores de menor escala aún esperan para sembrar por las condiciones climáticas de los últimos días y las temperaturas por debajo de lo normal.