Los números para la campaña son más claros y se espera que la región núcleo termine cosechando 2,44 mill. tn. de las 3,8 mill. estimadas.
El ciclo triguero que empezó con un buen augurio llega a su etapa final con números magros pero ligeramente mejores a los del año pasado.
Con una siembra de 1 mill. ha. la superficie se consolidó como la más baja en los últimos 8 años. La falta de agua en el inicio de la campaña, llevó a una siembra por debajo de lo esperado y con lotes que no pudieron concretarse por la escasa húmedad a la siembra, incluso muchos lotes al momento de sembrar tenían el 80% de los suelos de la región entre sequía y escasez hídrica.
Hacia el oeste la situación no cambió y el otoño dejó un déficit de 50 a 85 mm y más de 100.000 ha afuera de los planes de siembra. De esta manera, el área de trigo cerró con un 23% menos que lo implantado el año pasado.
Por ello, y a partir de la cosecha de los primeros lotes se estima que el rinde promedio llegue a 27 qq/ha, cuando se esperaba alcanzar casi 39 qq/ha. De concretarse sería un 31% inferior al promedio.
Asimismo, debido al conjunto de sequía y heladas, el rinde del ciclo 2023/24 sería el segundo más bajo para el trigo en la región Núcleo en 12 años. Las heladas en momentos sensibles continuaron empeorando al cereal que ya se veía afectado por el estrés hídrico.
En cuanto a la producción, se obtendrían 2,44 mill. tn. de las 3,8 mill. estimadas marcando una caída del 50% respecto al promedio de lo producido en las 7 campañas anteriores.