El retorno del bloqueo atmosférico genera cambios climáticos bruscos afectando diversas regiones durante el verano.
El fenómeno El Niño alcanzó su punto máximo, extendiendo su influencia sobre áreas marinas y sobreponiéndose al enfriamiento previo. Esta transición rompió el bloqueo atmosférico en diciembre de 2023, dando lugar a lluvias irregulares que, si bien aliviaron parte del área agrícola, desencadenaron fenómenos extremos. Sin embargo, esta mejora fue temporal y, a mediados de enero de 2024, el bloqueo regresó, desencadenando una nueva sequía y temperaturas extremas que afectaron cultivos, pasturas y provocaron incendios.
Para febrero, se prevé un retorno gradual de las lluvias y una moderación en las temperaturas, aunque se anticipa un patrón irregular con posibles eventos meteorológicos severos como tormentas fuertes, vientos huracanados, lluvias torrenciales y posible caída de granizo.
El verano 2024 concluirá con acumulados de lluvias normales o superiores en gran parte del centro y el norte del país, aunque con gran heterogeneidad.
En el este de Cuyo y la mayor parte de La Pampa se esperan registros por debajo de lo normal, mientras que en Buenos Aires se pronostican abundantes lluvias.
A medida que avance el otoño, se espera un incremento en la actividad de los vientos polares, con la posibilidad de heladas y tormentas tempranas que marcarán el final de la temporada de lluvias. Sin embargo, muchas áreas agrícolas experimentarán escasez de precipitaciones, lo que llevará a una fuerte reducción de las reservas de humedad del suelo.