La prolongada ola de calor provocó una pérdida estimada del 10% en el área sembrada con soja de segunda en la región Núcleo.
La ola de calor persistió durante catorce días, con un breve respiro el domingo, pero su impacto continuó. En tan solo dos semanas, la condición de cultivo desmejoró notablemente pasando de extensas áreas con buenos rendimientos a áreas con amarillamiento y muerte de plantas. En este contexto, la región pasó de tener reservas de agua abundantes en el 60% del área a enfrentar sequía en el 47% del territorio.
Durante los últimos siete días, la condición de la soja de segunda empeoró considerablemente, los campos que anteriormente eran excelentes desaparecieron, mientras que aquellos clasificados como regulares a malos aumentaron en un 33%, totalizando en 500.000 hectáreas, de las cuales se estima que 100.000 hectáreas están perdidas debido a síntomas de estrés que ya se consideran irreversibles.
Desde la Bolsa de Comercio de Rosario, indican que en María Susana y Rosario, algunas pérdidas no se recuperarán incluso si llueve durante este fin de semana, debido a que hay muerte de plantas por quemaduras. En Pergamino, una de las zonas más afectadas por el calor, existe el riesgo de que se seque toda el área, donde ya se considera perdido el 15% de lo sembrado. En simultáneo, en Corral de Bustos, una de las áreas menos afectadas, se destaca que la situación varía dependiendo de la zona, con diferencias de hasta 100 milímetros de lluvia entre áreas cercanas.
La cantidad de lluvia acumulada durante los últimos 5 días será crucial para sostener la campaña.