Marzo se proyecta como un mes que continuará consolidando el patrón de lluvias, lo que permite estimar un final de temporada gruesa favorable y un buen inicio para la siembra fina.
Durante el final de febrero y los primeros días de marzo, se observó una persistencia de lluvias que permitió que el mes saliente superará los acumulados normales para esta época del año.
Aunque las lluvias más significativas se concentraron en la franja este de la región Pampeana los mm llegaron a amplias regiones bajo la influencia del fenómeno de El Niño que se encuentra a dos meses de su conclusión y aún se mantiene en niveles fuertes.
A pesar de una interrupción de tres semanas sin lluvias entre la segunda mitad de enero y principios de febrero, la provisión de agua se mantuvo por encima del promedio estacional. Sin embargo, estas semanas de sequía fueron críticas, considerando el desarrollo fenológico de los cultivos e impactando de lleno en los rendimientos.
Los acumulados de los primeros siete días de marzo variaron ampliamente, oscilando entre 5 y 200 milímetros. En la ciudad de Corrientes, se registraron 208 milímetros en tan solo dos horas, provocando inundaciones significativas.
A pesar de la variabilidad en los registros, favorablemente a la recuperación de las reservas las lluvias provocaron aumentos de las reservas de agua en el suelo, lo que refleja en una mejora generalizada en la región Pampeana, a excepción de la cuenca del Salado
Si marzo continúa consolidando el patrón de lluvias de los meses anteriores, se estima que se podrá transitar la etapa final de la siembra gruesa y se establecerá un patrón positivo de humedad para el inicio de la siembra fina.
Por otra parte, es importante tener en cuenta la probabilidad de que la temporada concluya con la presencia de un evento de La Niña.