China, un actor fundamental en los mercados lácteos globales, enfrenta un declive continuo en sus importaciones durante el año 2024. Este fenómeno está siendo impulsado por una mayor producción interna y una menor demanda.
China, jugador clave en los mercados lácteos mundiales, ejerce una influencia significativa en la dinámica de los precios y la demanda global. Sin embargo, en 2023, las importaciones de productos lácteos hacia este país continuaron su tendencia a la baja, reflejando un cambio en el panorama económico y de consumo interno.
Con un total de 2,5 mill. tn. importadas en 2023, el registro se mantuvo en un 12% menos que el año anterior, lo que se evidencia una disminución generalizada en varios productos lácteos. Mientras las importaciones de leche en polvo y líquida experimentaron una caída constante, otros como los yogures y productos de suero mostraron un aumento en sus volúmenes de importación. Este cambio, marcado por una reducción significativa en el volumen de leche en polvo entera, generó interrogantes sobre el futuro de las importaciones de lácteos en China.
Este declive en las importaciones está estrechamente ligado al crecimiento de la producción láctea interna en China, que alcanzó las 41 mill. tn. en 2023, un aumento del 4,6% respecto al año anterior y del 28% en comparación con 2019, según datos del USDA.
La disminución en la necesidad de importar leche líquida y en polvo es una tendencia que se espera que continúe en 2024. Dado que estos productos representan una parte significativa de las importaciones lácteas, es probable que esta reducción tenga un impacto en cascada en el comercio mundial de lácteos lo que termine debilitando los precios.
A nivel mundial, Nueva Zelanda sigue siendo el principal exportador de productos lácteos a China, abarcando el 42% en 2023. Sin embargo, la disminución en las importaciones chinas, especialmente desde Nueva Zelanda, puede provocar cambios en los patrones de comercio global, con este país buscando mercados alternativos.