Las condiciones neutrales continúan en el Pacífico, y se prevé que estas se mantendrían hasta el trimestre agosto-octubre de 2024.
Los modelos dinámicos de la NOAA y del IRI indican un cambio significativo en la previsión de las temperaturas más bajas en el Pacífico, en comparación con las proyecciones realizadas en mayo y julio de 2024, sugiriendo que las anomalías más bajas podrían manifestarse a partir de 2025, lo que implicaría una menor severidad de La Niña durante el período de septiembre a noviembre de 2024, pero un incremento en su intensidad a partir de enero de 2025.
El retraso en el inicio de La Niña, se mantiene con un pronóstico ajustado entre octubre y diciembre de 2024, en lugar de septiembre a noviembre, como se estimaba previamente, incluso es probable que el mes de septiembre no esté influenciado por La Niña.
De los cuatro meses considerados más críticos, enero se perfila como el más afectado, en lugar de diciembre. A pesar de estos ajustes, la intensidad de La Niña sigue siendo moderada, tal como se anticipó anteriormente. A diferencia del evento de La Niña 2022/23, este nuevo fenómeno no agravará la escasez de agua.
Mientras las condiciones de 2024 serían favorables, el periodo del 2025 podría presentar una interrupción en el régimen de lluvias, especialmente durante los primeros meses beneficiando las siembras tempranas de maíz, aunque podría aumentar el riesgo para los cultivos de soja de primera que alcanzan su período crítico entre enero y febrero.