El reacomodamiento de precios relativos es algo bastante parecido a los melones amontonados sobre el carro, que se van acomodando al andar. Si uno mira el proceso con detenimiento (el de reacomodamiento de los melones) podrá verse que algunos melones tienen mayor capacidad para ocupar un espacio, en tanto que otros se acomodan donde pueden. Con los precios de todos los bienes y servicios, enlazados en una compleja trama, ocurre más o menos lo mismo. Se reacomodan a partir de cambios en variables macro (con el tipo de cambio en la mira de todos), de la baja de retenciones, de cómo impacta en las respectivas estructuras de costos la mano de obra (con paritarias en puerta), de las tarifas de servicios públicos, del precio de los combustibles y de la tasa de interés. Demasiadas variables sueltas, resume el Espantapájaros. Si todo se resolviera, en función de una evaluación ponderada de…